La gente solo ve de nosotros lo que queramos que vea. Por eso, los espías parecen personas leales, los mentirosos parecen honestos y la gente nerviosa puede parecer culpable. Nuestra cara y gestos faciales no son una guía tan confiable como creemos, o por decirlo en palabras del Hamlet de Shakespeare, «uno puede sonreír y ser un villano». Qué debemos saber sobre las personas que no conocemos es el propósito de Malcom Gladwell en su nuevo libro, aunque no hallaremos respuestas fáciles, sino más bien un muestrario de comportamientos imprevisibles de personas que aparentemente, ahí está la clave, no hacían sospechar que pudieran reaccionar de una manera determinada en situaciones concretas. Gladwell, cuya fama se ha cimentado por su capacidad de desarrollar ideas complejas de manera sucinta y clara, vuelve a exhibir esa escritura fácil a la hora de explicarnos sus teorías, con la que ganó una merecida y brillante reputación como articulistas antes de su exitosa trayectoria literaria.
Usa el ejemplo de una joven negra llamada Sandra Bland para mostrar de qué va su libro. En Texas, en 2015, Bland fue detenida por una infracción de tráfico por un policía llamado Brian Encinia. El encuentro degeneró rápidamente en una discusión, cuando el agente terminó exigiéndole que saliera del coche, solicitó refuerzos y la arrestó ante la supuesta actitud hostil de la mujer, que no fue tal y que simplemente trataba de entender por qué aquel policía la había parado. Días después Bland fue encontrada muerta en su celda. Seguir leyendo «Hablar con extraños»