La editorial Herder reedita  El hombre en busca de sentido, de Viktor Frankl,  un  superviviente del campo de concentración de Auschwitz. El hombre en busca de sentido no es otra historia estremecedora, que lo es, de supervivencia del Holocausto, sino una lección existencial que sirvió al autor para crear una nueva corriente en psicoterapia, la Logoterapia, considerada la tercera escuela vienesa de psicoterapia (Freud y Adler lideran las otras dos). La terrible experiencia que padeció en su cautiverio Viktor Frankl, psiquiatra, le sirvió para descubrir que el hombre siempre es libre de decidir qué actitud va a tomar ante lo que suceda, incluso en las más dramáticas circunstancias. Él decidió luchar por sobrevivir, que nada ni nadie quebraría sus ganas de vivir, y parafrasea al propio Freud para resumirlo, «quien tiene algo por qué vivir, es capaz de soportar cualquier cómo«, de ahí el nombre de Logoterapia, que proviene de la palabra griega Logos, que significa propósito o significado. Su experiencia en el campo de concentración, descrita en el libro, sirve como escalofriante ilustración de lo que un ser humano puede hacer para salvaguardar su integridad. La libertad interior (la actitud), el amor y la responsabilidad ante la vida son los tres puntales de la Logoterapia, y a los que él se aferró para sobrevivir. Una lectura rápida (130 páginas) pero muy intensa, que no deja indiferente, de un libro que ha vendido millones de ejemplares desde su primera edición. Nuestro sentido de existencia pasa por la capacidad que tenemos para responder responsablemente a las demandas que la vida plantea en cada situación particular, y casos como los de Viktor Frankl lo ejemplifican.