En los países desarrollados con algo menos de  2€ se puede tomar un café, comprar un periódico  o usar el transporte público, por lo que la perspectiva para cualquiera de sus habitantes de vivir con un ingreso medio de 2€ al día simplemente es impensable. Según el Banco Mundial esa es la realidad de más de 2,5 mil millones de personas (40% de la población mundial), e incluso para una porción importante ni siquiera 2€ al día es un ingreso mínimo. En 2014 por ejemplo el Banco Mundial listaba 15 países de África cuyos habitantes sobreviven con menos de 1€ al día.

En Portfolios of the poor los autores describen minuciosamente cómo estas personas resuelven sus problemas financieros cotidianos con 2€ diarios. Y lo hacen desde una perspectiva muy interesante: no se centran en la miseria que supone desenvolverse con unos ingresos tan pírricos, sino en el manejo puro y duro que hacen de la economía en el día a día. Examinan al detalle cómo se las arreglan para vivir con tan poco, cómo alimentan y visten a sus familias, tratan de educar a sus hijos, y encuentran la manera de hacer frente a los altibajos de la vida. Su lectura desafía muchos de los supuestos que establecemos a priori acerca de las familias de bajos ingresos, porque solemos dar por sentado que se limitan a sobrevivir y obviamos que a pesar de unas condiciones tan duras planean el futuro y tratan de progresar.
El estudio y sus conclusiones se basan en los diarios financieros recopilados de 250 hogares en la India, Bangladesh y Sudáfrica. En el transcurso de un año se pidió a las familias de una mezcla de los asentamientos urbanos más pobres y pueblos rurales que registraran todas sus transacciones financieras, por pequeñas y aparentemente sin importancia que fueran. Aunque parezca inverosimil lo de «pequeñas y aparentemente sin importancia» cobra especial sentido a esa escala de 2€. Con estos registros los autores rastrearon cada céntimo que se movia en estas familias para averiguar cómo lo administraban.

Ser pobre en un país pobre significa tener un ingreso que no es sólo bajo sino muy variable e impredecible. Es  importante tenerlo presente para poder entender la auténtica ingeniería financiera que deben desplegar estas familias. No hay que fijar la atención sólo en el promedio de ingresos (esos 2€/día por persona) sino en la volatilidad de los mismos. Que usted ingrese 1€ hoy, 3€ mañana, y nada al día siguiente, no exime la necesidad de poner comida en la mesa todos los días.

En el libro se describen cómo estas personas  participan en complejos patrones de endeudamiento y  ahorro para suavizar la falta de correspondencia entre sus ingresos y gastos. Las penurias  les hace  implementar estrategias financieras más complejas y sofisticadas que las que pueda imaginar. Las familias están constantemente haciendo juegos malabares concendiéndose pequeños préstamos entre los amigos, la familia  o lo que denominan «moneyguards» locales. Se constituyen y se participa en clubes de ahorro y de seguros, como por ejemplo los clubes de entierro en Sudáfrica para llegado el momento poder enterrar dígnamente al familiar. Se compran alimentos del comerciante local a crédito gracias a un sistema de confianza y aplicación de intereses sobre el crédito basados en la fiabilidad de las devoluciones,  bonificaciones sobre el pronto pago y toda una extraordinaria diversidad de dispositivos financieros con el fin de salir adelante.

Se puede ver la conducta financiera en la que se desenvuelven, la creatividad a la hora de manejar su dinero, las decisiones que toman, y demuestran los datos que no gastan todo en un afán desesperado por sobrevivir. De paso se podría decir que también se revela cierta discusión sobre el género, desde el punto de vista de la manera de gestionar el dinero de los hombres y mujeres estudiados. Cómo los hombres y las mujeres dentro de cada hogar cooperan y a la vez compiten en el manejo de dinero. Y aunque no se sugiere explícitamente, se aprecia cierto enfoque al matizar que en las microfinanzas  de estos hogares  las mujeres son más propensas a invertir recursos adicionales en la salud y educación de la familia, y pagar los préstamos de manera más fiable.

Las finanzas se manejan por tanto y en gran medida basándose en relaciones financieras informales vinculadas a las relaciones sociales, sistema que incorpora tantas facilidades como tensiones. Estas relaciones facilitan flexibilidad a la hora de negociar frecuencia de pagos, penalizaciones en caso de incumplimientos, intereses que se reducen por pronto pago, etc pero también someten a tensiones si fallas a la red social a la hora de cumplir tus compromisos de devolución del dinero prestado. La ética del grupo como base para implementar un sólido sistema de ayuda financiera mutua por encima del beneficio personal.

Un auténtico tratado sobre las finanzas domésticas,  que parte de la desdichada y dura realidad de un % elevadísimo de la población mundial. Un texto que podría aportar muchas ideas sobre cómo combatir la pobreza, e incluso de cómo instrumentalizar en el primer mundo capitalista muchas de las herramientas financieras que se aplican.Puede ayudar a entender cómo crear nuevos métodos para combatir la pobreza.

También de paso, su lectura es un duro golpe a la moral de los que cada día piensan que para ser felices necesitan ganar más y más dinero. Muy recomendable para poder apreciar lo que realmente se tiene.

 

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