Nos encaminamos a un mundo cada vez más tecnológico en el que las máquinas harán muchas cosas mejor que nosotros, un escenario considerado de ciencia ficción hasta hace pocos años y que ya percibimos más cercano. La proximidad de esta realidad ha servido al autor Dov Seidman, reconocido consultor en EEUU, a reflexionar sobre lo que nos quedará a los profesionales en el mercado laboral. En su opinión habrá que  centrarse en lo que las máquinas no pueden competir con nosotros: el cómo ligado inexorablemente a la ética y los valores como humanización de las empresas. Parafraseando al propio Dov Seidman, este libro es sobre el cómo, no un libro sobre cómo hacer algo. El gancho para leerlo, su reconocida experiencia como consultor en la construcción de culturas organizativas y un prólogo, insustancial, de Bill Clinton.


Seidman facilita su mensaje distinguiendo el comportamiento humano entre valores situacionales y valores sostenibles. Para entendernos: diez años atrás los bancos facilitaban préstamos hipotecarios a personas que no podían pagarlos. Eso constituía un comportamiento situacional que en su momento se asimiló como algo plausible, pero que una vez estallada la crisis y sus consecuencia nos resulta carente de sentido e irresponsable. Simplemente en aquella situación todo el mundo dio por hecho que el mercado inmobiliario siempre se revalorizaría (pasara lo que pasara) y que el «café para todos» era una realidad imperecedera. Como contrapartida el valor sostenible se basa en lo que deberíamos hacer y lo que no deberíamos hacer, por lo que ancla este valor al eje principal de su discurso como clave en la mejora de la gestión individual y optimización de nuestro comportamiento.
Aunque el libro atrapa en su inicio y durante buena parte del mismo, va perdiendo fuerza de manera exponencial e irrevocable a partir de su ecuador, quizás porque Seidman se empeña en dar demasiadas vueltas a lo mismo pecando de no haber sido  más breve y directo. La primera parte del libro deriva en una prolongada introducción de lo que pretende, extendiendose demasiado en lo superfluo de lo que considera la clave de la cuestión para él,  y que denomina los cinco cómos: integridad, honradez, verdad, humildad y esperanza como el vademacum del comportamiento sostenible. La cultura de la organización actuando de pilar incuestionable y ligante del grupo, que implementando en su seno los cinco cómos le lleva al éxito. Sobrevuela la sensación que su intento de sentar un diagnóstico certero acerca de la ética de un  comportamiento sostenible, es decir, lo que entenderíamos como lo políticamente correcto y sensato, deriva en un cierto tufo a moralina utópica de gestión global del mundo.
Para finalizar, se toma la licencia de proponer sus particular visión sobre el marco téorico del liderazgo, con una tabla muy densa e inmanejable,  lo que a esas alturas del libro ya resulta difícil de digerir. Algún síntoma aparece  cuando describe,  casi como una epifanía personal, su experiencia al generar una ola entre los aficionados que asisten a un partido de fútbol, un ramalazo de libro de autoayuda que se consolida al terminar la lectura. Un libro cuyo mensaje se podía haber resuelto en 50 páginas.