Pensar rápido, pensar despacio es probablemente el primer libro de Daniel Kahneman escrito para todos los públicos, en colaboración con su gran amigo Amos Tversky (fallecido en 1996). Un trabajo magistral que recoge décadas de investigación sobre los mecanismos decisorios del cerebro y que nos muestra con sorprendente contundencia la facilidad con la que éste «nos la juega» en la toma de decisiones. Probablemente sea el libro por antonomasia sobre la falta de fiabilidad de nuestro cerebro.
Nos encaminamos a un mundo cada vez más tecnológico en el que las máquinas harán muchas cosas mejor que nosotros, un escenario considerado de ciencia ficción hasta hace pocos años y que ya percibimos más cercano. La proximidad de esta realidad ha servido al autor Dov Seidman, reconocido consultor en EEUU, a reflexionar sobre lo que nos quedará a los profesionales en el mercado laboral. En su opinión habrá que centrarse en lo que las máquinas no pueden competir con nosotros: el cómo ligado inexorablemente a la ética y los valores como humanización de las empresas. Parafraseando al propio Dov Seidman, este libro es sobre el cómo, no un libro sobre cómo hacer algo. El gancho para leerlo, su reconocida experiencia como consultor en la construcción de culturas organizativas y un prólogo, insustancial, de Bill Clinton.