La editorial Sajalín, en su línea de reeditar obras inéditas o ya olvidadas de la literatura contemporánea, recupera Morir en California, novela de Newton Thornburg publicada en los setenta. Fue la obra previa a Cutter and Bone, su trabajo más exitoso y por el que fue calificado como el «refundador» de la novela negra. Su estilo descosió las costuras del género, introduciendo una prosa y un estilo mucho más atrevido y provocador, añadiendo a los personajes y contextos de sus historias todo tipo de críticas y reflexiones a la situación política y social de la época, algo que resulta evidente en esta magnífica novela.
En Morir en California, un joven de 19 años -Christopher Hook- oriundo de un pequeño pueblo ganadero de Illinois, aparece muerto al caer de la terraza de una villa en la californiana Santa Barbara. La versión oficial habla de suicidio tras un episodio depresivo por su homosexualidad. Su padre, David Hook, se niega aceptar la explicación oficial e inicia una desesperada cruzada por limpiar la imagen de su hijo, del que todos los que le rodeaban, incluido él, tenían una imagen muy distinta. Con estas mimbres, Thornburg crea un thriller psicológico sobre la pena, la ira y el ansia de venganza que además constituye una inolvidable autopsia sobre el dolor y la obsesión, a la par que un vistazo al lado más oscuro de sueño americano. La apuesta del autor es arriesgada, pues a la trama detectivesca de la historia le añade una profunda ambientación en torno al hundimiento moral que deriva de la pérdida del primogénito, del que se ha proyectado una imagen muy alejada de la idílica estampa de la que gozaba entre sus allegados. El autor se recrea en buena parte del libro, sobre todo al principio, en destripar cómo golpea el dolor de la muerte de un ser querido, impregnando al personaje principal, el padre, de una carga melancólica que ya no le abandonará en el resto del texto, a pesar de que la segunda parte del libro se centrará en las pesquisas del cabeza de familia por esclarecer la muerte del hijo y en sus propios miedos y secretos. Como buen thriller, se adentra en el lado más oscuro del poder, el sexo, el estatus social o la corrupción que sirven además para retratar la América del momento. En ese aspecto, resultan estereotipados personajes como la «mujer fatal», el político corrupto de turno, la policía ineficiente o el hombre decente (el propio Hook) hecho asímismo pero que como todo hijo de vecino carga con una mochila repleta de miedos y secretos. Thornburg se sirve de Hook para contraponer las «dos Américas»: la tradicional y más pueblerina Illinois frente a la glamurosa, moderna y pujante California, ambas con todos los matices y contradicciones que son expuestos sin tapujos.
La narración resulta densa por momentos, pero su capacidad para mostrar la violencia y las emociones que derivan de ella alcanzan cotas de un gran lirismo, bien aromatizado con mensajes de amor por la vida y el deseo de la justicia que busca reparar moralmente el daño recibido. Al leer Morir en primavera, es difícil no percatarse de la influencia en la novela negra actual, pues el especial hincapié del autor por la psicología y motivaciones de cada uno de los personajes es un rasgo muy reconocible en el género, al que contribuyó en su día con su vuelco al estilo. Una lectura del pasado pero atemporal tanto en su forma como en la historia, que gustará a los amantes de un buen thriller.
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