El mundo de ayer, memorias de un europeo, es la reedición de la autobiografía de Stefan Zweig, uno de los escritores más celebrados y populares europeos. La capacidad intelectual y narrativa de Zweig hace que sintetizar el libro sea tan difícil como fácil es recomendar su lectura. El libro es una memoria personal llena de sentimiento, nostalgia, recuerdos, vida, y una crónica lúcida de la Europa de primera mitad del siglo XX. A pesar de pertenecer a una acaudalada familia judía y haberse criado entre la élite intelectual y burguesa vienesa de la época, llama la atención el tono humilde que transpiran sus memorias, un sello que imprimió a toda su obra. El texto es una deliciosa mezcla de sensibilidad, humildad, inteligencia, y sobre todo honestidad a la hora de relatar sus vivencias. El nostálgico recordatorio de lo que supuso la poesía, el teatro y la literatura en su juventud resulta conmovedor en el inicio de libro. La educación en las escuelas y en las universidades, la sexualidad y los tabús de la época, la política y los movimientos sociológicos que marcaron sus vivencias y a la par, el destino de Europa, cobran vida con increíble realismo en su prosa. En un tiempo en el que cualquier referencia histórica que deseamos conocer se encuentra a golpe de clic en Internet, la lectura sosegada de las memorias de Zweig transportan a otro tiempo de una manera tan personal y con tal realismo que cautiva, e invitan aproximarse a esa parte de la historia europea a través de sus ojos. Una lectura para disfrutar sosegadamente, compartiendo el compromiso vital de una figura adelantada a su tiempo, su coraje civilizado, sus convicciones a prueba de genocidios, la angustia de sus interrogantes y su brillante testimonio.
6 marzo, 2016 at 5:39 pm
Merece la pena su lectura por la impresionante capacidad narrativa de Zweig. Destacar, a mi juicio y por lo que nos afecta, dos referencias del libro: la primera, su consideración sobre lo que es «la peor de todas las pestes: el nacionalismo, que envenena la flor de nuestra cultura europea». La segunda, la descripción de cómo socialdemócratas y cristianosociales austriacos «a pesar de sus profundas diferencias, se unieron… para formar un gobierno de coalición» haciéndose concesiones mutuas para conseguir una bien superior.
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7 marzo, 2016 at 7:23 pm
Totalmente de acuerdo, y es que bien harían nuestros políticos siguiendo la senda del entendimiento como apuntas. Al final unos y otros se han echado la culpa, y sin que nadie dimita o asuma responsabilidades. Impera la cultura del «y tú más», envuelto además en la zafiedad y la mala educación, y encima defienden obtusamente sus posiciones inmóviles, unos y otros sean del color que sean, bajo la excusa de que eso es lo que les hemos encomendado los españoles…
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