Thomas Friedman, periodista y ganador de tres premios Pulitzer, se dio a conocer al gran público en 2005 cuando publicó El mundo es plano en el que explicó el proceso de globalización que se estaba viviendo. Un mundo en el que fronteras y geografías comenzaban a ser irrelevantes frente al poder del comercio, los productos y la conectividad de las personas. Desde entonces no ha parado de advertir sobre los cambios que suceden en el mundo y los que están por llegar. Se ha hecho popular por humanizar y poner sobre la mesa temas controvertidos o incómodos, no tanto porque trate temas escabrosos o políticamente incorrectos, sino porque lleva mucho tiempo alertando de las transformaciones que vienen y de su impacto en el capitalismo, en definitiva en nuestra forma de vida. En Gracias por llegar tarde continúa con el mismo discurso, esta vez aderezado con anécdotas personales interesantes, pero con un mensaje muy claro: el mundo se está desarrollando demasiado rápido y sería conveniente hacer una pausa y reflexionar sobre muchas cosas. Friedman pone encima de la mesa un buen puñado de temas para debatir. Lo hace sin impregnar sus textos de un estilo profetizador -al menos no demasiado- ni excesivamente catastrofista, por eso tiene un número considerable de admiradores. Seguir leyendo «GRACIAS POR LLEGAR TARDE»
En esta nueva era digital interaccionamos con gente de muchos más sitios y más a menudo que nunca antes. Se construyen comunidades de todo tipo que comparten intereses y necesidades comunes, desde una aerolínea, una compañía de telefonía, una asociación de antiguos alumnos, un club gourmet que realice salidas gastronómicas o un grupo de aficionados al running. Ya no se necesitan empresas, gobiernos o instituciones para organizarse, tenemos herramientas para hacerlo por nosotros mismos. La gente se puede encontrar y unir alrededor de causas, talento, negocios o ideas, en definitiva se pude compartir y clasificar el comportamiento. Es el orden mundial de Google, Facebook, Twiter o Craiglist.
El poder de Google no radica en su envidable fortaleza financiera, sino en el absoluto control que ejerce sobre nosotros. Con el portal más simple que encontrarás en internet, ha convertido la casi inmediatez de respuesta de su buscador en el anzuelo más sencillo del mundo para atraparnos.