En el libro Sapiens, de Yuval Harari, se menciona que un artista brasileño -Eduardo Kac – decidió crear en 2000 una nueva obra de arte: un conejo verde fluorescente. Consiguió convencer a un laboratorio francés – previo pago – que modificó genéticamente un embrión de conejo blanco con el de una medusa verde fluorescente y el señor Kac obtuvo su «obra de arte», a la que llamó Alba. Para el artista este suponía una nueva forma de expresar, comunicar, abriendo debates éticos y morales al respecto ¿Es eso cultura? ¿Qué entendemos hoy en día por cultura? A esa pregunta trata de dar respuesta John Brockman editando Cultura, otro recopilatorio de ensayos – diecisiete – que reúne entre el abanico de colaboradores científicos, matemáticos, físicos, músicos, filósofos y escritores que confluyen en el sitio edge.org, en esta ocasión para disertar sobre cómo está evolucionando la cultura con la llegada de las nuevas tecnologías y maneras de comunicarnos. El significado, función y evolución de la cultura está cambiando por el impacto de internet y nuevos modos de entenderla y expresarla se imponen globalmente. Los ensayos tratan de abarcar muchas de las aristas de lo que podemos entender conceptualmente por cultura, desde cómo están cambiando las bellas artes a nuevos comportamientos sociales que terminan arrinconando a culturas tradicionales. La irrupción tecnología esta modificando hábitos sociales, impactando en el modo de comer, vestir, expresarse y en la manera de entender el ocio, alineándonos en un colectivo global on line que devora información, que une desde los lugares más remotos a gente en tendencias comunes, pero que también ofrece un lado oscuro en la interacción de las redes sociales, porque empuja a reaccionar y pensar al son de lo que dice el otro para no quedar excluido o ser atacado por la la multitud. Escultura, pintura, arquitectura, teatro o música – e incluso la forma de vestirse – daban valor cultural a los diferentes pueblos. Ahora es el colectivo global el que se encarga de atribuir valor cultural a todo tipo de objeto que se diseña o a según qué modo de expresarse.
Stephen Hawking puede comunicarse gracias a los avances de la tecnología, y sin embargo hace tiempo que viene alertando al mundo: hay que tener cuidado con la Inteligencia Artificial. Los avances tecnológicos en campos como la computación, robótica y nanotecnología son notables, y asistiremos a saltos cuantitativos y cualitativos muy relevantes en los próximos años, por lo que sería conveniente reflexionar sobre el avance de la inteligencia artificial, y lo que puede suponer su implementación sin control en la especie humana. La posibilidad de que en cien años no seamos la especie dominante, suena catastrofista, pero ya no es ciencia ficción.
Dos libros muy interesantes al respecto son Superinteligencia: caminos, peligros, estrategias, de Nick Bostrom , y Qué pensar sobre las máquinas que piensan , el recopilatorio de ensayos sobre la pregunta de 2015 de edge.org, editado por John Brockman. El libro de Bostrom, filósofo de la Universidad de Oxford, ha causado impacto en la comunidad científica y tecnológica. Su reflexión acerca de cómo afrontar un futuro en que la inteligencia artificial supere a la humana, ha recibido el respaldo explícito de cerebros de Silicon Valley como Bill Gates y Elon Musk, de filósofos como Derek Parfit o Peter Singer, o de físicos como Max Tegmark, profesor del MIT. En el caso del recopilatorio de Brockman, 192 autores entre lo más granado del mundo científico e intelectual exponen sus opiniones e inquietudes sobre el desarrollo de la IA, y encontramos teorías y opiniones de lo más diverso. Desde visiones optimistas, repletas de ilusión y esperanza, hasta las más inquietantes y tenebrosas.