El 90% de las iniciativas empresariales fracasan a los cuatro años de andadura. A pesar de la demoledora estadística emprender está de moda. La nueva cosmovisión tecnológica del mundo ha generado un ecosistema muy favorable para el emprendimiento y dar rienda suelta a nuestras ideas a través de la creación de empresas. No es fácil emprender pero nunca antes había sido más fácil intentarlo. No obstante, aunque las condiciones actuales pueden ser óptimas para lanzarse, ser emprendedor sin parecerlo y morir en el intento (podría ser un buen título para un libro sobre el tema, me lo apunto) no está al alcance de cualquiera, no hay más que recordar ese muro del 90%. Trías de Bes, coautor de los libros La Buena Suerte y El libro negro del emprendedor, cuenta que tecleando un día en Google «factores clave del éxito» obtuvo 36.700 entradas, pero que tecleando «factores clave del fracaso» solamente obtuvo ¡dos!. ¿Por qué el 99,98% de la literatura de gestión se dedica a analizar éxitos cuando solo un porcentaje ínfimo de emprendedores logra pasar del quinto año de aventura empresarial? Seguir leyendo «LECTURAS PARA EMPRENDEDORES»
Es probable que aquel que coordina o lidera algún tipo de grupo u organización se haya cuestionado alguna vez a sí mismo si es un buen jefe, pero ¿se considera un «superjefe»? Si acudimos a la tan socorrida memoria de Steve Jobs admitiremos que fue un líder icónico, pero ¿era un buen jefe?, es decir ¿realmente nos hubiera gustado trabajar para él? Si nos abstraemos del simbolismo de Apple como marca y empresa, de la propia figura de Jobs y nos ceñimos a la pregunta en sí, tenerlo como jefe directo, alguien al que reportar y dar cuenta de tu trabajo cotidiano, quizás no concederíamos un sí inmediato como respuesta, porque Jobs era alguien capaz de humillarte en público si no entendías sus ideas o no compartías su punto de vista; arrastró fama de ser coercitivo en sus maneras y en cierto modo de infringir miedo a los subordinados.