A priori casi todo el mundo tiene claro qué significa invertir, pero cuando nos encaminamos a decisiones reales de inversión – especialmente financieras – perdemos clarividencia del concepto. Tendemos a minimizar variables relacionadas con el riesgo, caemos en determinados sesgos que adormecen las alertas – básicamente por desconocimiento – y mostramos cierta inercia a dejarnos llevar por los cantos de sirena que relatan lo rápido que se puede multiplicar el dinero contratando determinado producto financiero o adquiriendo la acción de cierta compañía.
Se une a Thebookhunter Javier Guillén – autor de inversiones y lecturas– para escribir una serie de artículos sobre inversión autodidacta y literatura relacionada.