En 1883 un joven llamado Benjamin Day, propietario de una imprenta, decidió fundar un periódico para ayudar a impulsar sus negocios. No le interesaba tanto el contenido editorial del  mismo, sino que lo hizo alentado por una idea: vendería periódicos mucho más baratos que la competencia incrustando publicidad en sus páginas. Fue, probablemente, el primero que comprendió que sus lectores eran más interesantes como potenciales consumidores de producto que como lectores. La candidez e ignorancia de la población de esa época permitía que se vendieran medicamentos y remedios milagrosos de todo tipo si la publicidad era ingeniosa. Hoy día, las lociones, pociones, dietas y remedios que prometen inevitablemente la juventud perenne, salud o pérdida de peso gracias a antioxidantes, aminoácidos, frutas y bayas exóticas de todo tipo no difieren mucho en la raíz del truco publicitario de aquella época para captar nuestra atención. Si acaso, como devotos de la tecnología somos más susceptibles a creernos que el aire de la suela de una zapatilla es realmente efectiva o que la triple osmosis de un agua embotellada es infinitamente mejor. A pesar de todo nuestro racionalismo y nuestros avances tecnológicos, el potencial para rendirse a los encantos del pensamiento mágico sigue incrustado en nuestra psique. En este libro, Tim Wu, traza un interesante recorrido histórico del poderoso efecto que generan la publicidad y el marketing en nuestras vidas desde hace siglo y medio y de paso alerta de la dominación corporativa de la industria en todos los aspectos de la vida a través de la publicidad. Seguir leyendo «Comerciantes de atención»